HOGUERAS DE SAN PEDRO


Esta festividad se celebra la noche del 28 de junio, en la víspera del día del santo  (29 de junio).

DESARROLLO

Actualmente la celebración se lleva a cabo a lado de la Ermita del Santo Cristo, en el Juego de Pelota. Se prepara una gran hoguera donde los más valientes saltan de un lado a otro.

La celebración continúa con chocolate y bizcochos para todos los asistentes.

TRADICIÓN

En el pasado, el día de San Pedro era la fecha en la que finalizaban los contratos  para los trabajadores, criados, pastores y rabadanes que trabajaban al servicio de sus amos. También vencían los contratos, los arrendamientos de los pastos, etc.

Los jornaleros quedaban desocupados para poder dedicarse a trabajos mejor pagados. Aquellas personas que se ganaban la vida en las faenas de recolección se marchaban a segar a otras tierras del Campo Charro o La Armuña.

La frase “hacer San Pedro” o “hacerle a uno San Pedro” significaba en el primer caso, dejar un servicio o cesar voluntariamente en él y en el segundo caso, despedir a uno o dejarle cesante.

Una tradición muy enraizada era la de prender hogueras y fogatas por las calles, con leña, capachos viejos de los usados para la fabricación del aceite, o pellejos de los que se utilizaban para envasar el vino (odres). Los adolescentes paseaban llevando antorchas realizadas con una mata de retamas; normalmente de manzanilla de ahumar, las noches de la víspera de San Juan y San Pedro, principalmente la segunda. El olor de la manzanilla dejaba el ambiente ahumado y aromatizado.

Otra costumbre que llevaban a cabo los mozos casaderos era la de cortar ramas de cerezal y con ellas decoraban las rejas de las casas de sus novias o de aquellas chicas a las que pretendían.

En la plaza del pueblo se plantaba el “mayo” (uno, dos o tres), árboles (álamos o chopos), cuanto más altura alcanzarán mejor. Los troncos eran descortezados y untados con sebo hasta la copa, de la que colgaban una gran bacalada (la pescada) o un jamón. Aquel que alcanzaba la pescada la obtenía como premio. Este reto casi nunca se lograba ya que el que lo intentaba terminaba resbalando por el sebo.