CLIMA


Los datos de las tablas adjuntas han sido proporcionados por D. Javier Luis Garrido que tiene una estación metereológica en casa. D. Javier apunta los datos diariamente y se ha comprometido a proporcionarlos. El texto que viene a continuación a sido elaborado por el Grupo Lince . Desde aquí mi agradecimiento a todos por su colaboración.

La localización geográfica en el extremo occidental de la submeseta y en el extremo oeste de la Cuenca del Duero inscribe la zona en un área afectada durante el invierno por un régimen de borrascas de influencia atlántica que genera una importante pluviometría comparada con el resto de la Meseta. Estas lluvias se extienden durante el otoño, el invierno y la primavera, produciéndose durante los meses de verano un período de sequía estival derivado de la influencia mediterránea que se verifica en la zona.

Por otro lado, la existencia del encajamiento de la red fluvial del Duero y sus afluentes, que genera la diferenciación territorial en las unidades de Penillanura y de los Valles Encajados, es también responsable de las diferencias climatológicas que se producen entre ambas unidades, cuyas altitudes pueden diferir en 300-400m. en ciertas zonas, condicionando que los valles protegidos posean un clima más cálido, tanto en invierno como en verano, que en la unidad de penillanura, donde las condiciones son básicamente similares a las del resto de la Cuenca del Duero.

El territorio se encuentra en una zona de transición entre el dominio seco y húmedo. Las precipitaciones se caracterizan por su irregularidad en cuanto a su distribución espacial y se originan, en su mayoría, durante la primavera y el otoño (máximos en febrero y noviembre) con precipitaciones entre los 500mm-800mm. La estación más seca es el verano con valores comprendidos entre 40mm-75mm (menos de 15mm durante Julio y Agosto) y una enorme variabilidad interanual. La zona está cruzada por la isoyeta de 700mm.

Las temperaturas medias anuales, muestran un rápido incremento en dirección a la frontera portuguesa debido, sobre todo, al encajamiento del Duero en el borde de la Meseta lo que provoca diferencias de cotas sustanciales en esta dirección. El régimen térmico, por lo tanto, es diferente según las dos unidades territoriales que se distinguen: Arribe y Penillanura; en la penillanura es similar al resto de la Cuenca del Duero con temperaturas medias anuales bajas, inviernos largos y veranos calurosos, mientras que en el arribe, las temperaturas mínimas resultan más suaves, con heladas poco frecuentes, existiendo una diferencia general de unos 3ºC con las temperaturas de la penillanura, siendo también los veranos más calurosos. El Observatorio del Salto de Aldeadávila de La Ribera presenta una media de 15,5ºC, siendo el mes de Enero el mes más frío con una media de 6,7ºC, y una temperatura estival que supera los 25ºC. El número de días que la temperatura mínima desciende por debajo de 0ºC es inferior a 30. Así pues , el riesgo de heladas se limita a los periodos invernales más fríos que pueden llegar hasta finales de Marzo.

Los valores de evapotranspiración potencial (ETP), en media anual, alcanzan los 837 mm en Aldeadávila de La Ribera, valor que se incrementan hacia el noroeste. Se produce FALTA DE AGUA durante los meses de verano, manifestándose la sequía estival propia de los climas mediterráneos. Las precipitaciones caídas en verano no son suficientes para satisfacer el valor demandado por la ETP en esos meses, por lo que la ETR (Evapotranspiración real) disminuye respecto a la primera en un rango que varía entre 250- 400mm al año.

Predominan los vientos de componente oeste. Es un viento propio de primavera o invierno, son templados húmedos y originan lluvias abundantes, pudiendo darse ráfagas fuertes en el periodo invernal. Los vientos del Suroeste, conocidos como ábregos, son cálidos, húmedos y provocan lluvias generalizadas en toda la comarca. Los vientos del Noroeste, que recibe el nombre de regañón en el valle del Duero, son fríos, secos y racheados, aunque no son los predominantes en el área.

Por ser de dominio húmedo presenta unos valores medios anuales de humedad relativa del aire por encima del 90%.

Las nieblas se producen principalmente en invierno, aunque se advierten también, con menor intensidad, en otoño y primavera. Estas nieblas son con frecuencia de irradiación, provocadas en periodos de tiempo estable. (Esto es, cuando la superficie terrestre se enfría rápidamente por irradiación nocturna, produce el enfriamiento de la capa de aire en contacto con ella, que se enfría hasta alcanzar el punto de rocío, de forma que se condensa, dando lugar a las nieblas).

Con carácter local hay que destacar la influencia que el río Duero ejerce sobre las nieblas al hacer que la condensación del aire en la capa inferior de la atmósfera sea elevada a causa del estancamiento del aire sobre esta cuenca fluvial.