DÍA DE RODAR EL HUEVO
Se celebra el Domingo de Pascua. Es un día de fiesta campestre a la que se lleva un huevo cocido (coloreado o no) que hay que rodar por el suelo hasta conseguir que se rompa. El plato principal en la merienda es el típico hornazo dulce relleno de embutido que se acompaña con un buen vino de Arribes.
La tradición es buscar un lugar en el campo para pasar el día en compañía de familiares y amigos. Uno de los lugares más típicos es el Merendero del Llano de La Bodega y las proximidades del Mirador del Picón de Felipe. En los últimos años se ha hecho muy popular acercarse hasta el Poblado de El Salto, aunque cualquier paraje natural de los alrededores puede ser buena opción para celebrar este día.
Antiguamente este día se desarrollaba prácticamente de forma muy parecida a la actual.
El domingo de Pascua era un día que se vivía de forma especial y la costumbre era salir al campo para compartir la merienda con familiares y amigos. No podía faltar el típico hornazo y un huevo duro. Después de la merienda tocaba rodar el huevo (se podía colorear) por el suelo hasta que se rompiese.
El paraje elegido para la celebración podía ser una finca, un prado o incluso en las eras; en el que los niños podían “rodar el huevo” cocido que su madre, en algunas ocasiones, había pintado de colores.
El hornazo tradicional era un pan (de cuatro libras) elaborado con aceite, huevos y especias. Normalmente se añadía trozos de chorizo, lonchas de jamón y filetes de ternera. En cada casa se preparaba con anterioridad para poder comerlo en esta fecha señalada.